El president de la Generalitat, Carlos Mazón, y la alcaldesa de València, María José Catalá, se han citado en unas horas para abordar la situación de la sede del Mundial de Fútbol 2030. La cita que tendrá lugar en el Palau de la Generalitat contará también con la presencia de Luis Cervera, director general de deportes y cabeza visible de una candidatura que está integrada por la Generalitat, el Ayuntamiento, la Federación Valenciana y el Valencia CF. Estos dos últimos son conocedores de la cita, pero es una reunión política
En la reunión, tal y como ha podido saber ElDesmarque, se va a trazar la estrategia para convencer a la FIFA de que la relación de 11 sedes que ha enviado la RFEF es injusta dejando fuera a Valencia y que esa decisión debe ser rectificada.
Antes de la reunión, el Gobierno Valenciano ha enviado sendos escritos a la RFEF y a la FIFA. En el primero les pide explicaciones, los criterios y el baremo utilizados para tumbar la candidatura de Valencia ya que esgrimir que Valencia llegó fuera de plazo y no cumplió cuando 15 días después de ese plazo aún le pedía información, no cuela.
A la FIFA, como ha venido publicando ElDesmarque, le han pedido por escrito que “intervenga” e “intermedie” con la RFEF para que València sea incluida en la candidatura que la Federación española le debe enviar el 31 de julio y pueda ser sede del Mundial 2030. En ese sentido, El director general de Deportes de la Generalitat, Luis Cervera, solicitó este lunes, en un correo en el que demanda la “intervención” y el “amparo” de la FIFA.
Nou Mestalla estará listo para el Mundial 2030
Uno de los cuatro estadios más importantes no puede quedarse sin Mundial 2030
En Valencia no entienden que por una semana, un mail, uno de los cuatro estadios españoles que tendrá más de 70.000 espectadores en 2030 se queda fuera del Mundial. Y más cuando este martes se desbloqueó por parte del pleno municipal las fichas y el Valencia se comprometiera a retomar las obras en seis meses. La candidatura quiere dar guerra y, como decía el Gobierno de España, que está dispuesto a ayudar “no arroja la toalla”